La imagen del Divino Niño del Milagro fue llevada en procesión desde su Santuario a orillas del mar, hasta el templo de Santa María Magdalena, en el centro de Ciudad Eten, considerada como “Tercera Ciudad Eucarística del Mundo”. Allí permanecerá hasta que en la capilla se habiliten las seguridades del caso, pues el jueves sufrió un nuevo robo, el segundo que se registra en lo que va del año, esta vez más cuantioso que los anteriores. 

La decisión fue acordada en forma conjunta por el párroco del lugar, padre Eleuterio Vásquez Gonzáles, el alcalde de Ciudad Eten, Germán Puican Zarpán y el presidente del Comité Multisectorial, Carlos Velásquez Puican, luego de una misa de desagravio ofrecida por el sacerdote ante el sacrilegio cometido y a la que asistieron numerosos fieles del lugar y visitantes que se enteraron del acontecimiento.

Durante el acto religioso, invocando las palabras de Jesucristo en la cruz, padre Lute pidió a los fieles perdonar a los ladrones “porque no saben lo que hacen”. Sin embargo, los instó a devolver los objetos robados, que “son sagrados para la comunidad cristiana de esta población y de todos quienes son seguidores del Divino Niño”, dijo.

Finalizada la misa, el sacerdote anunció haber decidido llevar la imagen desde el Santuario hasta el templo; propuesta que fue aplaudido por la feligresía; pero sobre la que en un primer momento se opuso el presidente del Comité Multisectorial, quien señaló que eso debería decidirlo toda la población y no solo los fieles que habían acudido a la misa. Ante ello, el alcalde, Germán Puican, intercedió para que quien preside el ente que organiza la festividad anual del Niño aceptara esta propuesta por un tiempo determinado.

Al final aceptó y todos ellos firmaron un acta al respecto. El anda del Niño fue cargada por los feligreses, incluidas las damas, quienes se mostraron satisfechos con la decisión adoptada.

Cuatro coronas, una de ellas de oro, le robaron la madrugada del jueves al Niño del Milagro en su Santuario ubicado a unos metros de la playa de Ciudad Eten, 20 kilómetros al suroeste de Chiclayo, donde la sagrada imagen permanece durante todo el año.

Los ladrones no escatimaron nada. Una de las coronas era la que ceñía la cabeza del pequeño Jesús, de cuya imagen también se llevaron la hostia bañada en oro que portaba en su mano derecha, la indumentaria que vestía con una capa labrada en hilos de oro, además de otras valiosas joyas que colgaban de su cuello.

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